Mens Insana: El dogma
Existen empresas que se dedican a ponértelo fácil a la hora de plantarle cornamenta a tu pareja. Te proporcionan recibos, reservas de hotel, pruebas de asistencia a reuniones -organizan reuniones si es necesario-, etc. Resulta obvio que la “infidelidad” es una práctica extendida y habitual. Y aparentemente bastante lucrativa. Hombres y mujeres se resisten a abandonar el cuento de hadas. Alimentan el dogma religioso. Yo creo que deberíamos aprender a convivir con el adulterio. Porque esto no es lo realmente serio e importante. Ha habido y sigue habiendo casos de personas que se han contagiado de ETSs y de VIH con su propia pareja. No creo en la abolición de la infidelidad porque me parece imposible. Creo en su práctica responsable. Es curioso cómo hay personas que no soportarían una de cuernos y en cambio consienten día a día faltas de respeto gravísimas como si nada. La no exclusividad en las parejas al menos tiene una base biológica. Es la Iglesia, una vez más, la que ha pervertido lo natural. Que tu “príncipe” o “princesa” te sea “infiel” puede ser un drama. Pero que además se acompañe de un “souvenir viral”, a eso se le llama putada. Por un adulterio responsable, piénsalo. Sheila Blázquez © humorenlared.com |
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