Juego de niños: Cañerías
Madrid es lo que tiene. Vas un día cualquiera al trabajo y te tropiezas con la coronación de un rey. Los que pasean por sus calles deben de contar con un rico anecdotario, o eso creo yo. ¿Quién no se habrá topado con una expresidenta escapando de la policía municipal, un hijo de un ministro evadiéndose tras verse implicado en un accidente o un alto magistrado ebrio haciendo cabriolas con su moto?
Yo también tengo mi chascarrillo madrileño. Pongámonos en situación. Pleno mes de agosto, un curso de verano en El Escorial. Calor, mucha agua mineral. Mientras me dirigía a los aseos, iba absorta con un asunto candente como es la semiología de la imagen poética. De súbito, en la puerta de los servicios, un tipo trajeado, alto y fornido me cortó el paso. |
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