Mens Insana: Dulce Muerte
La medicina moderna lo sabe, pero prefiere callar. No obstante la evidencia habla, y dice que el azúcar refinado es un tóxico que consumido en exceso causa múltiples desequilibrios físicos y mentales. Y los niños lo ingieren a diario. La mayoría de nosotros también. De hecho es extremadamente difícil librarse de él. Para estupor general, esta droga “inocente” está presente en innumerables alimentos. Ni siquiera un sandwich de pan integral de molde y pechuga de pavo se libra. Ni siquiera una sopa de sobre. Sin ser conscientes, ingerimos una cantidad de este veneno adictivo e innecesario cada día. ¿Qué se podría sospechar de un bocadillo de chorizo…?
Esto nos da una idea de lo enorme que es este negocio y lo que hay detrás. Va mucho más allá de la perversión de nuestros paladares. Nadie lo ha elegido, pero en mayor o menor medida todos somos yonkis. Entre los cafés y todo el resto de azúcar camuflado que nos metemos al cuerpo a diario vamos matando el mono. Y cuando sentimos “Sugar Blues”, pensamos que esa resaca azucarera de depresión, temor, malestar físico y ansiedad se debe al tiempo, al tabaco “aliñao”, a las hormonas… La respuesta es mucho más simple: blanca y en paquete. |
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