Oreja a la Plancha: Un bocata
Leo un bonito anuncio laboral en el que se convoca a cantantes (estudiantes de canto, más exactamente) para su inmediata incorporación a una compañía de teatro musical… y que termina así: “IMPORTANTE.- Abstenerse PROFESIONALES cuya finalidad sea obtener un salario”. He conservado las mayúsculas originales para un mayor dramatismo. Sin por ello pretender cebarme con esta compañía anunciante en concreto (sus circunstancias tendrán… o no), llama la atención una vez más cómo nos tratan a los titiriteros, cómo se nos considera en general. Cómo está el patio, ¿eh?
Dado que una de las cosas más importantes en la vida es descubrir quién es uno y vivir en consecuencia, los músicos nos encontramos en una curiosa encrucijada: si “somos nosotros” y llevamos hasta las últimas consecuencias nuestra vocación desarrollando el talento del que dispongamos, no sabemos si comeremos mañana. Si por el contrario buscamos un “trabajo normal” y reducimos así nuestra esencia misma a una especie de afición de fin de semana, no desarrollaremos esas capacidades. Y el resto de la gente, lo reconozca o no, nos necesita. ¿Por qué estamos si no dibujados, esculpidos o grabados en todas partes desde el origen de la cultura? No queremos salir en los libros de historia, joder, queremos un bocata de calamares. ¿Dónde está nuestro hueco? |
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