Butaca de Gallinero: Juego de artificio
En el momento en que escribo estas líneas, y tras haber conocido atónito ante el veredicto del jurado, no puedo más que dudar. Dudar sobre si el emperador está desnudo y nadie lo quiere admitir o si soy yo el que exhibe ignorante unas cataratas más opacas que el extracto bancario de un directivo de Bankia. Compruebo perplejo que en Rottentomatoes el film ganador del Globo de Oro a la mejor Película Dramática obtiene un 98% de votos positivos de la crítica y un 88% del público. En Metacritic la relación es 100% frente a 81%. En IMDB obtiene una nota de 8,3 sobre 10. ¿Por qué?, me pregunto. ¿Por qué a mí Boyhood me parece una chorrada como la copa de un pino? Admito que la idea de grabar (¿rodar?) a los personajes durante 12 años para que su proceso de madurez y envejecimiento fuesen realistas, sin que cambien los actores, incluido el que hace de niño-adolescente-jovenzuelo protagonista, es un alarde. Pero también un artificio, después de todo, que eclipsa una historia ramplona, estereotipada, manida y vulgar. Del mismo modo que el discurso a favor de la libertad de expresión ha encumbrado la mediocre tirando a pésima The Interview. Que alguien ruede un remake de Los Bingueros al estilo dogma. O contada hacia atrás como Memento. A ver si cuela.Roberto Aguirre © humorenlared.com |
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