Puños fuera: Totum revolutum
La venganza es un plato que se come frío, dice el refrán. Hace ya cuatro años, la ciudad de Bilbao vibraba al calor del desalojo del Kukutza ocupado y durante aquellas intensas jornadas, las acciones solidarias e imaginativas para impedir un derribo anunciado tomaban los más diversos rumbos. Entre el crisol de resistencias improvisadas, hubo quien se sentó en el suelo, quien gritó, quien corrió y quien levantó muros con lo que encontraba. También quien elevó recursos institucionales y desglosó argumentos convencionalmente viables. Toda esta pluralidad se trenzaba sin discrepancias, ignoradas por la efervescencia de un momento en el que la urgencia común por actuar era la clave de armonía. El entonces Consejero de Interior definió ante el Parlamento todo aquello como “una amalgama de nostálgicos de la kale borroka, antisistemas y violentos con antecedentes por delitos comunes”. Lo que traducido resulta ser una explosiva mezcla de irredentos locales, rebeldes vocacionales y gente de barrio. Ahora sofocadas las ascuas, llegan los juicios. Necesitamos de esa pluralidad y de aquella y de nuevas mezclas para seguir vibrando. Para que, de nuevo, tiemblen.Jtxo Estebaranz©humorenlared.com |
Pincha aquí para ir a otras columnas de Jtxo Estebaranz
Pincha aquí para ir a las columnas de los colaboradores más buscados