noviembre 23, 2015

Oreja a la Plancha: Viva lo natural

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Recordaréis la enésima movida «viral» en la que la actriz Inma Cuesta denunció la fregada de edición digital a la que sometieron una de sus fotos para hacerla parecer como salida de Avatar, o de Rivendell, o de no se sabe dónde. El estupendo paso adelante que dio esta mujer al denunciar  que no le gustaba, que no estaba de acuerdo y que no se reconocía, ha servido para remover algo que está ahí y de lo que pasamos habitualmente.

En los discos actuales de casi cualquier estilo ocurre lo mismo, pero se nota menos. A veces he protestado por el exceso de Auto-Tune, que arregla falsariamente incluso las interpretaciones vocales más horrendas e iguala –para mal– a todo el mundo. Ese tipo de manipulación se extiende también al resto de instrumentos, y muy especialmente a la batería, que se dispara, sustituye, vitamina, recoloca y falsea. Cito a Inma Cuesta: «Si no tengo pecho no tengo pecho, si tengo culo tengo culo, si soy delgada soy delgada». Es  difícil saber dónde está el límite, porque está claro que la edición digital es un avance y se va a hacer sí o sí, pero lo que tengo claro es que ese límite está varios pueblos más atrás de donde lo coloca la costumbre general.

Juan Abarca © humorenlared.com

 

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