marzo 23, 2016

Puños fuera: Cuéntame

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En tiempos del blanco y negro televisivo, cuando Marco podía ser aún un héroe infantil y no un Menor Extranjero No Acompañado, carne de Centro de Internamiento, los tebeos eran una de las pocas lecturas a color de la que podíamos disfrutar la chavalería. Y del cómic, en el que destacaban los álbumes de Asterix, que se abrían con aquella lupa que ampliaba, en un minúsculo rincón del mapa, la existencia de una aldea poblada por irreductibles, que como rezaban siempre las líneas iniciales “resiste todavía y siempre al invasor”.

Si la imagen de aquellos irreductibles pasó a ser el icono preferido de generaciones de borrokas, a mí se me quedó grabado más lo de la lupa y lo pequeñitos que éramos, encajonados entre el mar y el imperio. Sí, en el interior de la provincia es posible ignorar el incómodo fragor de la frontera, el empuje de los bárbaros. Sólo así se explica cómo, ante las ensordecedoras señales del ocaso del imperio (próxima nueva recesión económica, desmembramiento UE, llegada masiva de refugiados de guerras vecinas,…) aquí se pretenda seguir viviendo del cuento, mirando al mar y dando la espalda a la que se avecina. Porque colorín colorado…

Jtxo Estebaranz©humorenlared.com

 

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