agosto 24, 2016

Oreja a la Plancha: Calidad

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Vaya precios alcanzan algunos discos con el paso del tiempo. Se comprende que la escueta primera tirada del debut de unos desconocidos que luego alcanzaron fama mundial ahora valga cientos o miles de euros, porque hay muchísima más demanda que oferta. Se entiende que se valore el estado del disco (ya puedes tener una joya, que si está rayada no vale), hasta el punto de que se venere el disco sellado, a estrenar. Con mucho más sentido que en el caso de un muñequito de Star Wars, por cierto.

Pero por lo que no paso es por hacer corresponder todos esos factores con la calidad misma del producto. Algunos de los discos más caros que «salen a bolsa» en el mercadillo de segunda mano están grabados mal, en un ratito, con instrumentos desafinados y por músicos muy malos que cantaban como el culo. Tuvieron una importancia histórica, vale. Hay pocas copias, y muy pocas en buen estado, vale. O son la banda sonora de tu vida, lo que quieras. Pero despreciar otro disco que tienes al lado y que cuesta dos pavos (por ejemplo de ABBA o la ELO) sólo porque no hace juego con tus tatuajes molones o “es de viejos” es como decir que la caseta de tu perro mola más que la catedral de Burgos.

Juan Abarca © humorenlared.com

 

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