septiembre 27, 2016

Gora Euskadi: Lunares que enrarecen

Imagino que si el personal actual de EL CORREO hubiera tenido que cubrir el golpe de estado del 18 de julio de 1936 que dio lugar a la Guerra Civil podría haber titulado la noticia «Sol y buen tiempo en el sur de la península, apenas desmerecido por una insurrección militar de escala nacional». Tal vez exagero. Tampoco hizo tan buen tiempo ese día y lo de ir a la playa no estaba tan de moda en aquella época. En cualquier caso, cambiando las coordenadas espacio temporales, el titular del periódico del 24 de agosto no se aleja demasiado de la mencionada fantasía bélico-estival: «La sucesión de denuncias por agresiones sexuales enrarece el verano vizcaíno». Enrarece. Cenar con amigos y que uno de ellos comience a hablar solo y a golpearse la cabeza contra la pared, sin venir a cuento, enrarece la velada. Quedar con tu pareja y tu mejor amigo para ir al cine y que se pongan a hacer manitas delante tuyo enrarece el encuentro. Pero una oleada de agresiones sexuales, con al menos dos casos de violación en Iruñea y Txurdinaga no «enrarece». Indigna, asquea, violenta, encoleriza, enfurece. Pero no enrarece.

Se trata de un eufemismo que utiliza el diario de Vocento, siempre dispuesto a quitarle hierro al asunto para no inquietar al lector confiado. Como cuando, cinco días después, el lunes 29, sitúa en portada el titular «La lluvia, después de una semana abrasadora, despide unas fiestas con el único lunar de las agresiones sexuales». O como cuando llama Relax a la sección de Explotación sexual que jaspea las páginas de Tus Anuncios. Esos anuncios en los que se llama «Francés natural» al sexo oral sin protección. Aunque a menudo se cuelan licencias líricas como «Fóllame el culito, enlecha mi boca». Y claro, el lector avezado podría detectar cierta incoherencia entre semejante declaración de intenciones y la mención que se hace en la noticia de la página 20 del periódico del 24 a que los agresores «se dirigieron de forma obscena a las víctimas». Pero que nadie se preocupe. Al director de EL CORREO no le van a detener por lenguaje obsceno. El lenguaje de los anuncios de explotación sexual está consensuado, pagado y consentido. O eso dicen. Y si alguien lo duda se cambia de tema y se habla del tiempo. O de lunares. O de melanomas.

Héctor Sánchez © humorenlared.com

 

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