junio 27, 2017

Juego de niños: Mater noster

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Leo en la prensa la noticia de la fiesta con la que Beyoncé, embarazada de gemelos y a punto de salir de cuentas, celebra la pronta llegada de sus retoños. Aparece en una fotografía en blanco y negro, con turbante, falda estampada y el vientre decorado con ilustraciones de henna. Una imagen poderosa. Igual que en los últimos Grammy, cuando actuó vestida de “madre universal” y se quedó todo el mundo pegado. La más famosa mujer negra, embarazadísima, ataviada a modo de virgen católica-diosa africana-venus prehistórica. Todo a la vez. Una mezcla transgresora donde no había puntada sin hilo en el traje dorado semitransparente. Como tampoco en su actuación llena de referencias a variada iconografía mitológica y religiosa. Todo un canto a la fertilidad y el matriarcado en la línea de su discurso feminista ad hoc. O sea, a su manera.

Y eso es lo que me gusta. Me gusta que Beyoncé se ponga su barriga por montera y diga un “aquí estoy yo” a escala global. Poco importa que según los barrios alaben o critiquen sus performances. Al fin y al cabo, se trata de que cada mujer -cada persona- encuentre su manera particular de estar en el mundo. Si eres una “feminista feliz” -como la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie en Todos deberíamos ser feministas– ¡qué importan los memes!

Elene Ortega Gallarzagoitia © humorenlared.com

 

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