julio 5, 2025

Juego de niños: Eterno retorno

columna_elene_cabecera_gr

He vuelto al gimnasio municipal. Todo sigue como siempre: máquinas que chirrían, bíceps entregados, playlists motivacionales con amenaza rítmica. Un bosque de vinilo descolorido decorando la pared.

El monitor cree en mí con fervor. Yo, no tanto. Pero asiento. No quiero romperle el dogma a alguien que viste como un rotulador fosforito y grita “¡Vamos!” como si de verdad supiera a dónde.

El ambiente es cordial. Se suda en comunidad. Se comenta el parte meteorológico, la inflación y el último esguince. Aquí casi nadie quiere ser su mejor versión: con no lesionarse, basta.

En los vestuarios no se murmura. Se opina. Sobre cenas, hijos, fascitis plantar y si el aguacate sigue siendo sano o ya engorda. Nadie predica. Se sobrevive. (Más…)

abril 5, 2025

Juego de niños: Actuar o no actuar

columna_elene_cabecera_gr

Estudiar interpretación es como entrar en una secta donde te enseñan a llorar a demanda y a trabajar sin cobrar. Desde el primer día, el profesor, con bufanda aunque haga calor, suelta la frase: “El teatro es entrega, pasión… y hambre. Y tú, emocionado, asientes sin saber que tu destino es hacer de ‘Maceta #7’ dentro de una obra experimental en un sótano con las paredes pintadas de negro.

Cuando te cansas de los aplausos como único sueldo, pruebas suerte en el cine. Allí descubres que el cine español es real, pero las oportunidades, no tanto. ¿Protagonista? Imposible. ¿Secundario? Tampoco. Lo tuyo es la figuración. Sí, ser “Persona que pasa por detrás”, esa entidad mística sin diálogos que da realismo a las escenas. Ojo, no te pedirán diálogos, pero si hace falta tendrás que gemir, llorar, reír e incluso cantar. A grito pelao si es preciso, que siempre hay que aspirar al Goya al Mejor Sonido. (Más…)

diciembre 30, 2024

Juego de niños: Chubascos

columna_elene_cabecera_gr

Ah, París. La cuidad más visitada del mundo. Ahora que incluso el Casco Viejo de Bilbao se ha convertido en parque temático, imagino la saturación turística en la capital francesa. Pero tengo una buena noticia. No hace falta un billete de avión para experimentar la magia parisina. Y es que cuando llueve, cualquier lugar es París.

Primero hay que crear la actitud. Para empezar por algo rápido, nada como las 854 páginas de la novela de Victor Hugo Notre-Dame de París o la obra poética completa de Paul Verlaine.

A partir de ahí, todo es ponerse. El paraguas, el jersey de rayas y una baguette bajo el brazo mientras sorteas con estilo los charcos de tu barrio te llevarán a otro nivel. Pero si lo que deseas es culminar tu experiencia, entra en la cafetería más cercana. Pide “un café au lait et un croissant, s’il vous plaît”. Da igual que el café sepa a rayos y el croissant sea de anteayer. Elige una mesa exterior aunque el toldo tenga goteras. Busca música de acordeón en una lista de Spotify y, si no tienes pareja, dale un beso a tu perro. Viva París. (Más…)

Página siguiente »