julio 10, 2017

Oreja a la Plancha: Una de terror

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Corrían los años 80. Tu profesor de guitarra estaba ajustando tu instrumento, destornillador por aquí, llave Allen por allá. Mientras tanto la conversación que mantenías con él derivó hacia los discos en directo, y tú reflexionaste en voz alta que debía ser muy difícil para un grupo tocarlo todo bien mientras una grabadora lo registra todo. ¡Qué responsabilidad! A esto tu profesor, sin perder la atención de lo que estaba haciendo, te respondió que normalmente se regrababa el concierto.

A ti ya te habían dicho que los reyes son los padres, y también te había costado creértelo. No podía ser. ¿Regrabado? ¿Someten a la chavalería a semejante timo? Te revolviste, pero tu profesor, sin dejar de atornillar, te habló de un lanzamiento reciente en el que se había regrabado todo lo que ocurrió en el concierto. ¡Todo! Bueno, al parecer habían conservado la batería. La indignación subió hasta tus mejillas y continuó su camino calentando el resto de tu cabeza. Necesitabas una explicación. Pero bueno, y eso ¿cómo lo sabes, tú que no estás en ese grupo ni tienes nada que ver? Entonces tu profesor por primera vez alzó la vista, te miró fijamente y dijo: «Porque me llamaron a mí para grabar guitarras».

Juan Abarca © humorenlared.com

 

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