EL KARMA: Jacobo Serra, albaceteño de nacimiento y liverpuliano de adopción, lanza nuevo disco, Fuego artificial. Un trabajo que rompe con su estilo más reconocible. Ahora canta en castellano y explora diferentes sonidos y discursos. ¿Ha sido un parto difícil o un alivio no tener que ser tan fiel al Jacobo Serra anterior?
Jacobo Serra: Ambas cosas, siempre es difícil romper. Además, en mi caso, la ruptura fue doble pues Fuego artificial no es solo otra vuelta de tuerca musical a lo que venía haciendo, sino que también cambio de idioma… Supongo que la sensación de alivio -y por qué no, también de satisfacción- es más intensa cuando el proceso de cambio y creación ha sido arduo. Fueron unos meses muy intensos de creación, pasé por todos los estados de ánimo posibles… Creo que no hay que tener miedo a la reinvención de uno mismo y su música, ese es para mi el secreto del arte.E.K.: Confiesas en entrevistas que ese cambio estilístico de tu nuevo disco viene de la mano de una voluntad de descubrir nueva música, que siempre habías sido un poco reacio a escuchar bandas y cantantes más actuales pero que estabas en ello. Y que The Party de Andy Shauf fue el puente. ¿Cómo ha sido el criterio de búsqueda? ¿Ha sido azar o tenías curiosidad por determinados sonidos? ¿Qué da más pereza de ese proceso?
J.S.: En mi caso, todo esto ha ocurrido de una manera muy gradual, llevaba unos años investigando distintos tipos de música, diría que fue el Everyday Robots de Damon Albarn el que plantó la primera semilla para empezar a plantearme muchas cosas que antes no hubiera imaginado… Siempre me dejo llevar por mi instinto, me van llegando nuevos discos que voy escuchando con denuedo, hay álbumes que se quedarán conmigo para siempre y otros que simplemente me influirán en un aspecto quizás más técnico. Me ocurre de igual forma con la literatura o el cine… The Party fue un disco que descubrí cuando estaba en pleno proceso de composición y del que disfruté mucho, era tal vez un disco más folk y quizás más en línea de mi anterior LP Don’t Give Up. Tengo muy buenos recuerdos de esta etapa, al principio tenía muy claro lo que no quería y muy poco a poco fui visualizando lo que quería hacer. También fue esencial en este proceso la colaboración de Juanma Latorre, mi productor, con quien estuve compartiendo muchas canciones e intercambiando impresiones durante meses. Un lujo contar con él. Sin Juanma no habría hecho este disco. Creo que lo que menos me gusta es acabar… esto es como leer un buen libro, no quieres que se termine.
E.K.: ¿Cuál crees que ha sido lo mejor de ejercer como profesor en el Institute For Performings Arts (LIPA)? ¿Con quién tienes que tener más paciencia, con los alumnos o con los fans?
J.S.: Aprendí muchísimo de mi estancia en LIPA. Fue algo mágico para mi. Tanto es así que he seguido colaborando con algunos de los increíbles músicos que allí conocí. Los metales de Fuego artificial, por ejemplo, están grabados en los estudios de la escuela en Liverpool, un placer inmenso poder contar con ellos. Intento ser paciente con todo el mundo e incluso conmigo mismo… (risas).
E.K.: Has llegado a afirmar que estás cansado del calificativo de “Quinto Beatle” y que bebes de muchas otras muchas fuentes musicales. ¿Crees que habría que reivindicar más a Wings?
J.S.: No es que esté cansado, en realidad me lo tomo como un grandísimo piropo y lo recibo con mucho agradecimiento. Pero supongo que a veces un halago se puede convertir también en etiqueta, y las etiquetas a veces impiden ver qué hay detras… En mi caso, me resulta innegable afirmar que los Beatles serán siempre influencia esencial en mi música… Pero también es cierto que bebo de muchas otras fuentes y que al final uno tiene una identidad propia.
Hay muchas bandas ‘clásicas’ por reivindicar, los primeros discos de Macca con los Wings son unejemplo de ello. Creo que los Kinks merecen más atención.
E.K.: Define a Jacobo Serra en 9 palabras.
J.S.: Me temo que no sabría definirme… Lo que sí sé es que soy un artista que busca la belleza, lo imposible. Lo que más me inspira es la infinitud del arte.
E.K.: En esta época en la que ha descendido la venta de discos, ¿es un alivio estar bregado en tocar en directo?
J.S.: El directo se ha convertido en la principal fuente de ingresos de los artistas. Yo disfruto mucho de las giras y los conciertos, es un lujo poder ir a tantos lugares a tocar mis canciones.
E.K.: ¿Cuál crees que es mejor promoción para un grupo: 20 buenas críticas en revistas y blogs musicales o una cuña de 20 segundos en un anuncio en televisión (o una cabecera en una serie de éxito)?
J.S.: Creo que todo ayuda. Soy de los que creo que la mejor promoción es tu propio arte.
E.K.: ¿Qué grupo o solista (existente o ya disuelto, histórico, recién llegado…) te gustaría que te taloneara?
J.S.: No sé. Me encantaría que me taloneara un coro de polifonía clásica, sería freaky, pero tengo que hacerlo algún día. Las armonías de la polifonía son muy emocionantes.
E.K.: ¿Qué es lo último que haces antes de subir al escenario?
J.S.: Abrazarme con mis músicos y concentrarme en disfrutar mucho del concierto.
E.K.: ¿Y lo primero al bajar?
J.S.: No tengo manías especiales, supongo que nos volvemos a abrazar de nuevo… (risas).
E.K.: ¿Dónde disfrutas más tocando, en un garito o en un macrofestival?
J.S.: Depende del garito y del macrofestival y, sobre todo, del público. El público lo es todo. Creo que lo que más me gusta es la acústica de un buen teatro.
E.K.: Grupos que escuches que no conozca nadie.
J.S.: Me gustan mucho bandas “nuevas” como Bedouine, The Parcels, While & Misky o Mura Masa…
E.K.: ¿Qué disco (propio o ajeno) no puedes dejar de escuchar?
J.S.: Carrie & Lowell de Sufjan Stevens. Lo dejo y acabo por volver a él.
E.K.: Un consejo para la juventud.
J.S.: Lucha por tus sueños, no te rindas jamás. Y, por favor, cuida de los tuyos y del medio ambiente.
E.K.: Una frase para la historia.
J.S.: Cualquier cita de Mark Twain. Nunca falla.
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