Gora Euskadi: Giro de guión
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Leer prensa es como ver una película. El contexto es importante. Nos encontramos delante de la pantalla presenciando, es un suponer, cómo un mostrenco ataviado con una máscara de hockey y un cuchillo de carnicero desmiembra a la mitad del reparto. Es poco probable que, en el momento en que la protagonista baje al sótano, lo primero que se nos venga a la cabeza es que va a encontrar su vieja colección de revistas Atalaya y las fotos del viaje a Orio en 4º de la ESO. No. Estaremos con el corazón en un puño, temiendo que el tipo del machete le haga una traqueotomía preventiva. Pues con los periódicos sucede igual. Las noticias que rodean otras noticias nos ayudan a contextualizar. Son las risas enlatadas de la información, o los acordes de violín de fondo, que le indican al lector apresurado cuándo toca hilaridad, cuándo sonrisa de medio lado, cuándo entrecejo fruncido y cuándo acongoje sin miramientos. Pero entonces, cuando el lector ya se había acostumbrado a la idea de ser testigo de los albores del mundo de Mad Max, el cuerpo de texto presenta un inesperado giro de guión. Los «asaltos» del titular no se refieren a atracos, pillajes y agresiones. Hacen referencia a los intentos de los inmigrantes para entrar de polizones en el ferry para recalar en tierras más benignas. Que son ellos los que nos quieren lejos, hartos del hacinamiento, de la miseria y de ayudar a vender periódicos sin cobrar comisión. Las cifras son tan abultadas porque en muchas ocasiones pillan a los mismos varias veces. Y en ningún caso se producen mayores altercados. Argucias de redactor para generar interés. Triquiñuelas para comprobar si estábamos atentos. Al pasar de nuevo la página, el apocalipsis ya está olvidado. Viva la dramedia. Héctor Sánchez © humorenlared.com |
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