abril 19, 2018

Debajo de la Palmera: Lavapiés o Lavamanos

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En Madrid se llama realmente barrio de Embajadores, al lado de La Latina, pero una de sus partes, Lavapiés, es la que se ha hecho nuevamente famosa estas semanas a cuenta de los tristes incidentes ocurridos con los manteros. Barrio típico de chulapones y castizos, cantado en las Zarzuelas, es hoy un barrio multicultural y animado que si hoy lo describiera Mesonero Romanos lo haría de manera distinta a como lo hizo en su día ya que estamos hablando de un barrio que precede al Madrid capital de España desde 1561. Todavía en sus calles se ve en sus señales a un mozo lavarse los pies en la fuente que al parecer estaba en la plaza principal hasta el siglo XIX.

El topónimo debería cambiarse a Lava-Manos, ya que tras los últimos sucesos, casi todos se han lavado las manos para buscar una solución a unos manteros que argumentan que prefieren vender bolsos y cinturones que dedicarse a la droga para poder comer y que la policía les machaca inmisericordemente. Paralelamente le escuchas al tendero que vende bolsos y paga impuestos y los dos tienen su razón.

Pero esta reflexión no va por ahí sino busco destacar que mientras eran gran noticia los enfrentamientos policiales habidos en Lavapiés ese mismo día en Kigali, capital de Ruanda, 44 países africanos sellaron un Pacto de Libre Comercio, un acuerdo que de coger vuelo, podría suponer un cambio de paradigma en un continente condenado al hambre, la pobreza y la migración. Una especie de Tratado de Roma que supondría facilitar la libre circulación de personas, eliminar los aranceles entre ellos, mejorar la infraestructura entre estados o reforzar los mecanismos de seguridad conjuntos. Dejar de propiciar el efecto llamada para que sus jóvenes más inquietos no tengan que coger una patera y dejar la vida llegando a la tierra prometida.

Lo curioso del caso es que este notición no mereció una sola línea en la prensa española ni en la prensa vasca, ni en ningún otro medio. África para los africanos y eso que la ONU calcula que como resultado de este acuerdo el comercio entre países que se han adherido al pacto crecerá un 50% en los próximos cinco años. En la actualidad supone el 15% del total frente al 67% de la Europa comunitaria o el 58% de Asia. La firma de Ruanda tiene el mismo valor que lo que hicieron Monnet, Schuman, Adenauer, De Gasperi en los balbuceos de la Unión Europea hablando del carbón y del acero y evitando que la gente muriera por ellos pero aquí estábamos centrándolo todo en el barrio de Lavapiés mientras los grandes medios se lavaban las manos en relación a este acuerdo que podría, con una política seria internacional, ir eliminando los manteros de forma civilizada, porque esos jóvenes no tendrían que huir de su país acosados por el hambre y si vinieran a Europa lo harían en avión y con permiso de residencia y de trabajo.

Se ha dicho muchas veces que el continente africano necesita un Plan Marshall pero sin pasar éste por las manos de los dictadores que dilapidan cualquier tipo de ayuda o las encierran en un banco suizo. Pero mientras se discute y se discute y se vuelve a discutir en el aire de Bruselas, se gastan millones de euros en seguridad y en acuerdos con Turquía o en barcos para impedir que seres humanos vengan a la gran Europa a comer lo que caiga de las sobras de las mesas.

La democracia es un régimen de opinión pública pero ésta no puede tener corazón ni cerebro si no tiene información y si estos medios se centran en los hechos de Lavapiés y en las peleas entre manteros y tenderos, mientras en África se firman acuerdos que pueden mover todo un continente.

En un mundo globalizado África es la gran asignatura pendiente de Europa sobre todo y me alegro de que a pesar del silencio que la envuelve sus representantes se muevan y planeen el futuro a pesar de que en esta sociedad del espectáculo la información siempre pasa por lo que ocurre en Hollywood, o sobre la última impertinencia de Trump mientras noticias serias se van por el sumidero de la indiferencia y de la falta de rigor de una sociedad que protesta porque hay manteros pero le importa un pito que haya gente que trabaje para que no los haya.

Iñaki Anasagasti © humorenlared.com

 

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