abril 29, 2018

Gora Euskadi: Aún hay clases

Entre las muchas misiones que tiene la prensa, además de la de ser faro y guía, de marcar el paso al lector biempensante y aleccionarle sobre la vida en este proceloso mar que es el devenir humano, está la de proyectar una sociedad perfecta. La de perfilar horizontes de grandeza. La de construir con sus páginas un confortable nido (de manera figurada, claro, no como cuando se colocan las hojas del diario en el suelo de la jaula del canario para que deyecte sus excrementos) en el que acurrucarnos y atrevernos a soñar con un mundo ideal. Uno en el que seamos felices, nunca llueva en fin de semana y la Declaración siempre salga a devolver. Por eso la prensa se enfurece tanto ante las injusticias y se hace eco de ellas sin prurito ni complejos. Siguiendo el ejemplo, EL CORREO del 27 de marzo, en su página 14, a cinco columnas, amplifica esa ira, nunca más contenida, y da voz a la indignación: «La rectora de la UPV califica de «escandaloso» que los titulados universitarios cobren mil euros».

Uno no puede más que conmoverse ante esa mezcla de candor e impotencia de la protagonista de la información. Ante ese espíritu puro que se desazona, se escandaliza de hecho, cuando en este mundo atroz se pervierte el orden lógico de las cosas. Porque una cosa es que el vulgo, iletrado, irresponsable, vago, menesteroso, incapaz de diferenciar entre la Ley de Hubble de la Expansión Cósmica y la Teoría Metafísica de Spinoza aunque se la marcaran con un cono de obra, cobre cuatro duros. Haber estudiado, cabría pensar. Pero, ¿un universitario mileurista? ¿Qué aberración es esa? Alguien debería hacer algo. Qué falta de respeto de las empresas ante el prestigio de la universidad, alma mater de próceres egregios. Qué subversión de la jerarquización de la miseria. Qué patada en el hígado al orden natural de la explotación laboral.

Afortunadamente, la prensa es dura pero misericorde, y nos ahorra parte del sufrimiento. Por eso se abstiene de completar la información y no menciona el índice de paro juvenil. Ni a esos cerca de 23.000 profesores asociados, cerca del 25% de la plantilla de la Universidad Pública, que cobran cuatro veces menos que un titular. Salarios de 300 euros, mondos y lirondos, en algunos casos. No lo menciona, no sea que la rectora lo lea y le dé un soponcio a la pobre. Qué mal rato iba a pasar.

Héctor Sánchez © humorenlared.com

 

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