julio 10, 2018

Oreja a la plancha: ¡Directazo!

columna_jabarca_cabecera_gr

Al principio de los tiempos, cuando sólo la gente con pasta podía permitirse grabar un disco o un vídeo en directo en condiciones, todo el mundo era guapo y cantaba y tocaba muy bien. Nadie metía la pata, nadie soltaba un gallo o una nota fuera de lugar. Un directo al uso era Made in Japan, y Deep Purple eran perfectos. Y punto. Quien sospechara de esta verdad inmutable, mejor que no se cruzara con un calvo con melena.
Hoy en día cualquier actuación musical que genere un mínimo de expectación sabe que va a contar, sin gastos adicionales, con no menos de dos o tres «neo-reporteros» que van a guardar el momento para luego ponerlo amablemente a disposición de toda la comunidad mundial. Se les reconoce porque son unas personas muy borrachas que, mientras menean el culo de forma arbitraria, deslumbran a los músicos con sus smartphones. El resultado de este aquelarre son unos vídeos cuya calidad de sonido e imagen haría sonrojar a Satanás, y que son mucho más visualizados en la medida en que en ellos haya un artista imperfecto, sea porque soltó un gallo, se cayó, iba moco o le ocurrió cualquier otra desgracia.

Y así fue, queridos nietos, cómo las nuevas tecnologías mejoraron nuestras vidas.

Juan Abarca © humorenlared.com

 

Pincha aquí para ir a otras columnas de Juan Abarca

Pincha aquí para ir a las columnas de los colaboradores más buscados