Microsoft ha perdido la generación. No sólo es que Sony le esté humillando, sino que además el año que viene la consola de Nintendo también superará a su flamante Xbox One, pese a llevar mucho menos tiempo en el mercado. Por eso, la compañía estadounidense hizo en el pasado E3 lo único que sabe: tirar de chequera para anunciar a bombo y platillo la compra de varios estudios con cierto prestigio, como Ninja Theory, Compulsion o Playground. Y recientemente ha adquirido Obsidian. Ahora prometen que les darán dinero infinito y libertad creativa para acometer nuevos proyectos para la siguiente generación, ya que esta la dan por perdida.

Microsoft ya ha demostrado muchas veces que no sabe gestionar el talento: prostituyó Rare con juegos para Kinect, obligó a Lionhead a seguir haciendo Fable eternamente, forzó a Remedy a hacer tonterías transmedia con Alan Wake y Quantum Break, y a Platinum le canceló Scalebound. Mientras Sony fomenta la creatividad de estudios propios y Nintendo se vale ella solita para mantener a flote una consola entera, los engranajes corporativos de Microsoft destruyen cualquier atisbo de originalidad para seguir tirando de Halos, Gears y Forzas. Así les va.

Koldo Gutiérrez © humorenlared.com