El pasado marzo Sony lanzó al fin la versión definitiva de PlayStation Now, su sistema de streaming de juegos mediante suscripción, y justo una semana más tarde Google hacía lo propio con Stadia, su nueva incursión en la industria, tras esa Ouya de la que ya nadie se acuerda, como Gorka Maneiro. Microsoft lleva un año de relativo éxito (que para ser ellos es mucho) con su Xbox Game Pass, aunque la gente lo haya contratado tirado de precio sólo para jugar a Crackdown 3 y tirarse de los pelos.

Todas las compañías quieren subirse al carro del “Netflix de los videojuegos”. Menos Nintendo, que apuesta por la Realidad Virtual con cartones, un futuro ideal al que nos aboca la “subida” del salario mínimo prometida por Casado. Aún es pronto para valorarlo, hay cierto lag y algunas colas de espera. Stadia se estrenará a finales de año, con un mando feo, el apoyo de Ubisoft y Jade Raymond como cara visible. No se me ocurren más motivos para huir. Claro que al final todos acabaremos cayendo por el mismo motivo que ahora estoy escribiendo esto en Google Drive; resultará cómodo, sencillo, intuitivo y barato. Aunque de juegos ya tal. Antes muerto que con Android.

Koldo Gutiérrez © humorenlared.com