noviembre 11, 2019

Devora y escupe: Pronóstico de octubre

Visité a un astrólogo, como quien va a la revisión del médico. Acudí a su consulta, quería saber qué me deparaba el futuro una vez más. Un cuadro del Dalai Lama ocupaba la media pared de la habitación. Me habló de mis vidas pasadas y reencarnaciones, de mi misión en la vida. Me dijo que era un pájaro y que si querría podría convertirme en una líder de la política. En ese momento tendría que haberme levantado de la silla y salir corriendo. Sentí ese retortijón matinal del café y cigarro.

Busqué el retrete que no había en aquel espacio paralelo entre mi misión en la vida y mi asco hacia la política. Busqué en mi cabeza el email de Solicite su voto por correo. Busqué en mi imaginario, de nuevo, un retrete. Confiaba más en los astros que en la política. Como cuando tuve que estudiar que vivía en un país democrático y que por lo tanto, debería obedecer al sistema que habitaba aunque me quisiera como mujer muerta. Ante la duda, desobedecer o desaparecer. Amiga, no te fíes, ni del astrólogo, ni de la izquierda. Invierte tu tiempo en hacer unas buenas croquetas, en hablar con tu vecina o en mirar a los ojos a tu abuela.

Aurora Díaz Obregón © elkarma.eus

 

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