Aunque la historia oficial cuenta que El Padrino, la producción de Paramount estrenada en 1972, surge de la novela que Mario Puzo había publicado en 1969, y que Coppola se unió al proyecto a petición del estudio, la realidad es otra muy distinta. Siendo Francis Ford Coppola estudiante de cine en la UCLA descubriría, junto con muchos de sus compañeros de clase, el cine del productor Pedro Masó. Fascinado por títulos como Las Chicas de la Cruz Gamada, una comedia romántica sadomaso (que inspiraría la trilogía de Ilsa años después) o Atraco a las 3, Francis Ford se obsesionaría con La Gran Familia. De la película dirigida por Fernando Palacios se le quedarían grabados a fuego dos conceptos, el de la familia y el del padrino interpretado por José Luis López Vázquez.
Los albores del Nuevo Jólivuz
Cuando años más tarde recibió el encargo de elaborar un guión, junto con Robert Towne, a partir de la obra de Puzo, decidió quitarse la espinita que tenía clavada desde hacía tantos años. En su adaptación, José Luis López Vázquez interpretaría al padrino oficial, gorrón, bajito y calvo, de una familia mafiosa de Nueva York. Durante la trama, otras familias de la ciudad rendirían vasallaje al clan protagonista bajo la fórmula «Un admirador, un esclavo, un amigo, un siervo», vestidos con togas, hasta que una guerra de bandas hiciera saltar por los aires el statu quo además de algunos coches bomba. Durante el clímax de la película, Michael Corleone, vestido de primera comunión, se perdería en Times Square durante la Nochevieja para desesperación de un Marlon Brando caracterizado de Pepe Isbert.
Sin embargo el proyecto se fue malogrando durante el infierno del desarrollo. López Vázquez, que había hecho algunas pruebas de cámara, acabaría rechazando la oferta de protagonizar el film al haberse comprometido con George Cukor para trabajar en Viajes con mi tía y en A mí las mujeres ni fu ni fa. Además, el guionista Rafael J. Salvia amenazó con denunciar a Paramount por plagio a menos que le enviaran a su domicilio un kilo de churros, cosa a la que el estudio se negó. El proyecto original sería por tanto abortado, rompiendo también las esperanzas de un ilusionado Antonio Garisa de interpretar a Luca Brasi.
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