abril 11, 2021

Devora y escupe: Síntomas

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Hace unas semanas vi por internet una foto que decía algo así: que el trabajo no te robe horas para pasar con tu hijo. También leí este verano un libro de Pablo Gisbert que decía algo así: lo radical hoy en día es tener más de dos hijos. Niño, niña, niñe. Hijo, hija, hije. Son palabras que se cuelan en las conversaciones cuando una se acerca a los treinta y va viendo cómo sus colegas se reproducen, compran habitáculos, dejan de fumar y comen bio.

Los caminos son curiosos. Adoptar la vida adulta, ahora, me resulta indeseable y triste. Quisiera guardar en un frasco el deseo de ser joven para siempre. Que mis piernas sean imparables. Quiera no estar presente en esas conversaciones. Taparme las orejas. Gritar. Parir es ser radical. Hablar de política ya no está de moda. Es mejor montar un negocio, emprender, invertir en criptomonedas, desarrollar tu estirpe. Esta mañana escuchaba a un niño en el recreo gritar a otro explotador. Todas estas reflexiones me han llegado mientras leía Una vida de pueblo, de la poeta nobel Louise Glück. Pues eso. El pueblo. Los síntomas.

Aurora Díaz Obregón © elkarma.eus

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