abril 19, 2021

Cómic: Casacas azules

columna_cabecera_gr
r213_videojuegosCASACAS AZULES
R. Cauvin y L. Salvérius
Dolmen

La denominada “apropiación cultural” va por barrios. Así como a nadie le chirría (no más de lo habitual) que el canadiense Harold Foster ambientase las aventuras de su Príncipe Valiente en la Europa Medieval, cuando son los artistas del viejo continente los que nos trasladan a unos Estados Unidos más contemporáneos, muchos tendemos a torcer el morro. Porque nunca se sabe si la resultante va a caer por el lado de la obra maestra o por el del pastiche infame.

Y cuando el contexto es un género tan norteamericano como el western, el encogimiento de esfínter es aún mayor. Aunque eso no impidió que se les tuviera que sujetar el cubata al francés Jean Giraud o, y es el caso que nos ocupa, a los belgas Raoul Cauvin y Louis Salvérius

Estos últimos, guionista el primero y dibujante el segundo, se embarcarían en 1968 en una saga que nos empotraría en las filas del ejército de la Unión durante la Guerra de Secesión. Los Casacas Azules del título, que comenzaron a aparecer en la revista Spirou, fueron muchos y como resulta difícil desarrollar empatía por todos, los autores fijan nuestra atención en el sargento Chesterfield y el cabo Butch, ambos compañeros de armas del 22 Regimiento de Caballería.

La muerte de Salvérius y la (muy) posterior retirada de Cauvin de la serie obligaron a que tuvieran que pasar el testigo a otros creadores, como Willy Lambil, Bertrand Escaich, Caroline Roque o José Luis Munuera. El resultado es que durante 54 años se han venido publicado de manera regular las hazañas bélicas de unos tipos que combatieron en un conflicto bélico que sólo duró cuatro. Para que luego digan que el El Hobbit de Peter Jackson estiraba mucho el chicle.

© elkarma.eus

Pincha aquí para descargarte el PDF de EL KARMA 217