Cómo se hace: ¿Cómo se elabora el yogurt?
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![]() El éxito del yogurt es su naturaleza probiótica. Es decir, que contiene microorganismos que enriquecen la flora intestinal (la del consumidor, no la del propio yogurt), facilitan la digestión, contribuyen a la resistencia del cuerpo contra las infecciones y otorgan a las ventosidades un amplio abanico de matices. La fermentación del yogurt favorece la proliferación del Streptococcus thermophilus y el Lactobacillus bulgaricum, la clave de su éxito. Posteriores intentos de mejorar la fórmula, cosas del márketing, mediante la inoculación del bacilo del cólera y el de la tuberculosis, no tuvieron el éxito esperado y solo se venden en packs mixtos de ocho unidades. El yogur requiere de una temperatura de envasado de aproximadamente 43 °C, y pasar por un proceso de fermentación en cámaras calientes para obtener el grado óptimo de acidez. Las bacterias utilizan como fuente de energía la lactosa o azúcar de la leche, y liberan ácido láctico como producto de desecho. Si la cámara no presenta indicios de corrosión ni los cobayas que se introducen en su interior se disuelven entre chillidos de agonía es que la acidez es la correcta. Este proceso puede llegar a durar aproximadamente cuatro horas, pero depende de la corpulencia de los cobayas. Una vez obtenida, debe enfriarse hasta los 5 grados para detener la fermentación. Si en ese lapso de tiempo los roedores excretan, el yogurt resultante o bien se filtra o bien se comercializa como yogurt helado con toppings. © elkarma.eus |
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