agosto 30, 2021

Psico: Autonepiofilia aberrante compulsiva

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La autonepiofilia o infantilismo parafílico es una parafilia que consiste en excitarse sexualmente al comportarse como un niño pequeño, siendo representativa la fijación sexual por los pañales. “Es una filia sexual propia de varones heterosexuales, que generalmente no tiene que ver con una fijación con Concha Velasco, aunque en esta consulta he visto de todo», comenta Hermenegilda de Anchoa, psicóloga especializada en psicopediatría y papiroflexia terapéutica.

Los autonepiofílicos no sienten atracción pedófila, pero se excitan vistiéndose y comportándose como bebés. “Peligrosos, lo que se dice peligrosos, desde un punto de vista social… no son, la verdad”, continúa de Anchoa. “Pero son un coñazo. Hay que darles de comer haciendo el avión, cambiarles los pañales, bañarles, ponerles polvos de talco, lo que es un poco asqueroso si no les has bañado antes… Una lata. Tener una pareja autonepiofílica está bien para un rato, pero a la larga cansa”.

Pañales de rica miel

Si bien, como muchas parafilias, no es ningún indicativo sobre el equilibrio mental del individuo, la autonepiofilia no está del todo bien aceptada por el resto de la sociedad y se mira con cierto desdén dentro de los colectivos de aficionados al BDSM. “Es una cuestión de referentes”, explica Toribio Manán, especialista en psicología social previctoriana. “Cuando uno piensa en sadomasoquismo piensa en 50 Sombras de Grey. Cuando se piensa en autonepiofilia nos viene a la cabeza esa película horrorosa de Mickey Rooney que se llamaba La Vida Láctea… Y claro, las comparaciones son odiosas”.

Algunos psiquiatras han intentado buscar una explicación clínica a la autonepiofilia, centrada sobre todo en la hipótesis del Síndrome de Peter Pan Extremo, la inmadurez emocional a la hora de afrontar los problemas de la vida diaria o, la teoría más plausible según los expertos, la uniformización de la vestimenta. “Si a los bebés se les viste ahora con camisetas de AC-DC, sus padres no tienen complejo a la hora de enfundarse patucos de punto”, concluye Manán mientras se calienta un biberón.

Dra. Luisa Bergara © elkarma.eus

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