marzo 18, 2022

Psico: Fatalismo impulsivo compulsivo

r167_psico

El Fatalismo Obsesivo Compulsivo, también conocido como Catastrofismo Recurrente o Síndrome de Casandra Agorera, es un trastorno de la personalidad que no cuenta con ningún tipo de discriminación demográfica y afecta a un amplio grupo de la población, independientemente de la edad, sexo o lugar de nacimiento, si bien existe una ligera correlación con el status social. Las personas afectadas de fatalismo se pasan la vida temiendo cosas que podrían no suceder nunca pero que les mantienen en un estado de ansiedad constante y, lo que es peor, amargan la existencia de otras personas que les rodean, especialmente aquellas con las que mantienen una relación de convivencia.

“Los individuos que presentan este trastorno psicológico siempre se ponen en lo peor. Y siempre creen que las cosas van a empeorar aún más. Le tienen miedo a las cosas más inverosímiles. Llevan el pesimismo a unos niveles de paroxismo que se le quitan a una las ganas de hacerles pasar a consulta y sólo te apetece clavarles la estilográfica en el ojo para que se quejen por algo, aunque luego te pagan los 80 euros que cuesta la sesión y recuperas la fe en la praxis terapéutica, explica Renata Confresas, doctora en Psicoanálisis Comparado por la Universidad de Santa María de las Angustias.

Todo va a salir mal

El fatalista obsesivo compulsivo afronta la vida como si fuera una carrera de obstáculos invisibles, convencido de que calamidades pasadas aseguran calamidades futuras, sin que prepararse para un devenir catastrófico les sirva para asumir este tipo de desgracias ilusorias. “El otro día vino un paciente que me dijo que se había quedado en paro, le habían diagnosticado un tumor en la próstata y su mujer le había dejado por el presidente de la Asociación de Padres de Alumnos del colegio de su hijos, que eran yonkis y se dedicaban a atracar señoras mayores cuando salían de las reuniones del grupo neonazi al que pertenecían. Y estaba preocupado. Yo ya le dije, ‘chico, si sólo eres capaz de centrarte en lo malo no veo que estemos haciendo progresos’. Es gente muy enervante, prosigue Confresas.

El tratamiento para este tipo de trastorno suele ser mediante terapia ocupacional como administrador de cuentas de políticos en Twitter o la ingesta de drogas, preferiblemente legales y con receta pero no necesariamente.

Dra. Luisa Bergara © elkarma.eus

Pincha aquí para descargarte el PDF de EL KARMA 220