julio 5, 2022

Flims: Elvis

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r221_flimsLa industria del cine se encuentra perdida cual proverbial pulpo en el no menos proverbial garaje y apuesta sin arriesgar. Lo que es un riesgo en sí mismo. Convencida de que rentabilidades pasadas sí asegurarán rentabilidades futuras, se suma al carro de Bohemian Rhapsody y Rocketman para rebañar taquilla con biopics. Pero sin la audacia de Un hombre para la eternidad (¿Tomás Moro? ¿En serio?) ni el gusto por la originalidad dramática, ya dentro del género musical, de El ocaso de una estrella (ver sufrir a Billie Holiday es catártico). Así que se lanza a producir la enésima película sobre la peripecia vital de Elvis, porque, se conoce, del señor de Tupelo que pasó de ser un figurín con caderas multitarea a una nutria vestida con buzo blanco de flecos no se había dicho la última palabra.

¿Pero por qué?

La dirección de la película corre a cargo de Baz Luhrmann, como no podía ser de otra manera, porque cuando el fondo está más trillado que una base de trap no queda otra que centrarse en la forma, y ya sabemos cómo se las gasta el artífice de Moulin Rouge. Con sus filias, sus fobias y su obsesión por los tonos dorados y las cosas que brillan. Austin Butler, que pensaba que ya había visto todo después de aparecer en la “comedia” de zombies de Jarmusch, hace del tío del tupé, y le da la réplica un Tom Hanks especializado últimamente en hacer de señor mayor con ojeras marsupiales.

LO MEJOR
Decir que lo mejor es Tom Hanks sería ir a lo fácil. Pero se trata de una película consagrada en cuerpo y alma a ir a lo fácil. Pues eso. Tom Hanks.

LO PEOR
El concepto. Hacer a estas alturas una película “diferente” sobre Elvis Presley es pretender tocarle las gónadas a boomers y centennials por igual.

Horacio Sandoval © elkarma.eus

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