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Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha tratado de buscar un elemento multiuso, que lo mismo sirviera para tener entretenidos a los vástagos mientras se ejercía de cazador, recolector o falso autónomo, se pudiera llenar de agua para molestar a los vecinos de forma no letal o valiese como objeto promocional en campañas electorales, una vez que se hubiera estampado convenientemente con una pintura rupestre propagandística. Sin embargo, no ha sido hasta el perfeccionamiento del moldeamiento industrial del látex cuando se ha podido crear la figura del globo hinchable.
Aunque su proceso de fabricación ha ido variando con los años, a grandes rasgos puede resumirse de la siguiente manera.
Se vierte el látex liquido y tinta en un tanque y se pasa una escobilla para eliminar los grumos. Las máquinas más sofisticadas son capaces de trascender a los colores planos y crear dibujos de cachemir con efecto moiré. Sin embargo son costosas y a menudo su adquisición solo se amortiza alquilándoselas por horas a amantes del BDSM y bondage con látex extremo. Unos agitadores en el fondo del tanque lo mezclan durante horas para activar el color y que el látex no se quede más tieso que una jirafa con tortícolis. Acto seguido, unas boquillas humedecen los moldes con agua caliente según pasan por unos rodillos. Un dispositivo gira e introduce los moldes en un tanque de coagulante con una carga electroquímica, que no sirve para nada pero que sale mejor de precio que el coagulante normal. El látex se seca mientras unos rodillos rodantes situados a los lados de la cinta transportadora crean las boquillas de los globos.
Las boquillas pueden parecer un elemento superfluo, pero sin ellas no se podría conseguir que, mediante su apertura y cierre controlados y sistemáticos en un globo inflado, generasen esos chirridos tan irritantes e hilarantes al mismo tiempo. Entonces los globos son sumergidos en un tanque de agua caliente y se mantienen en remojo durante un cuarto de hora para eliminar impurezas. Finalmente se les somete a un baño de talco y agua para que sea más fácil la extracción del molde por succión. Este proceso es accesorio en el caso de los globos, pero vital en el caso de los aficionados al BDSM y bondage extremo.
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