abril 4, 2024

Gora Euskadi: Ven y cuéntalo

Una de las misiones de la prensa es ser capaz de aunar, siempre con la sacrosanta misión de informar y empoderar a sus lectores en mente, una vocación universalista, que enfrente al ciudadano con la realidad global que le rodea, y una voluntad más localista, que reivindique las particularidades de su hábitat particular. Al calor de esta doble pretensión, los periódicos se enfrentan a las contradicciones de unas fronteras legales y culturales que permean y que podrían poner en peligro la idiosincrasia particular de las comunidades humanas. Por eso, no con intención de buscar la confrontación sino de poner en valor lo autóctono, el medio prensa debe ensalzar lo propio y, a menudo, alertar contra lo foráneo, en ocasiones fuente de amenazas y peligros. Es por eso que el grupo Vocento, concernido por los cantos de sirena de comarcas forasteras, como los cartógrafos del Renacimiento que colocaban en sus mapas la leyenda “Aquí hay dragones”, decide titular la información a página completa del domingo 18 de febrero “Castro, escenario de los crímenes más crueles”.

El texto, a cinco columnas, despliega con todo lujo de detalles dos crímenes recientes acontecidos en el municipio cántabro. Uno, el del hombre decapitado por su pareja. El otro, más actual, el de la mujer asesinada por sus hijos adoptivos (rusos, para más inri). Ya desde la entradilla se nos informa de que ambas víctimas procedían de la localidad vizcaína de Barakaldo. Un aviso para navegantes y exploradores acerca de los peligros de cruzar la bruma que se extiende más allá de casa.

Un lector insidioso y mal intencionado podría pensar que El Correo, el periódico que se hace eco de estos infortunios, busca el morbo fácil y el sensacionalismo barato desde que el fin de ETA en 2011 desproveyera al diario de la ración periódica de atentados, que debería suplir con otro tipo de crímenes de aluvión. Pero ya se sabe que la gente es malintencionada, o inconsciente, y obvia la imperiosa necesidad de la prensa generalista de cubrir la ausencia de cabeceras desaparecidas como Interviú o El Caso. Pero la misión de Vocento no es sólo la de ahuyentar al local de aventuras más allá de la linde sino también de proteger al exótico de nuestros desmanes. No en vano, Castro Urdiales, ese cercano Amityville, tiene más habitantes, muchos de ellos vascos, que población censada. Y esto es un problema de hacinamiento que El Correo trata de atenuar con su advertencia. De modo que la información intenta prevenir, además de una muerte horrible tan lejos del hogar, la gentrificación del pueblo y la posible desvalorización del parque inmobiliario vizcaíno por culpa de la diáspora vasca que se asienta al otro lado, más asequible, del confín autonómico.

La única pega que se le puede poner a Vocento es que, dado lo grave de la situación y sabiendo que una imagen vale más que mil palabras, no haya rescatado la viñeta de Mingote publicada en ABC en 1994 para adaptarla. Ha perdido la oportunidad de mostrar una caricatura de la cabeza de Jesús Mari Baranda bajo el lema “Ven y Cuéntalo”. Le ha podido la prudencia.

Héctor Sánchez © elkarma.eus

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