Cómic: Patomas
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![]() VV.AA. Panini La mayor parte de las veces el plagio, parodia o explotation, según el cariño que se tenga a la obra resultante de clonar un producto conocido y prestigioso, y de la intencionalidad que se perciba en ese acto, es considerado algo infamante, no sin cierta condescendencia. Y si hay un país especializado en tomar iconos de la cultura pop y pasarlos por el tamiz de la copia barata, ese es Italia. Especialmente en el cine, con adalides del tocomocho como Bruno Mattei o Claudio Fragasso. Sin embargo en el comic la cosa cambia. No porque los editores italianos no lancen al mercado clones bizarros sin licencia, sino porque en ocasiones estos superan al original. Cuando en 1969 los lectores transalpinos se quejaron a Mondadori, editora de los personajes Disney, de que Donald no podía ser un perdedor todo el tiempo, sometido a vejaciones constantes, el escritor Guido Martina y el dibujante Giovan Battista Carpi crearon Patomas (Paperinik en italiano). El alter ego superheróico del pato sin pantalones. Criminal resentido y vindicador en sus primeros números, pronto pasaría de parecerse a los moralmente relajados Fantômas y Diabolik a asemejarse a un Batman con plumas que se deja el traje de marinero en la taquilla del trabajo para apatrullar Patolandia y librarla de la morralla criminal. Si bien la epicidad de sus hazañas deja un tanto que desear, y en su decadencia se ha limitado a desfacer entuertos domésticos y poco memorables, Patomas cuenta con una legión de fans que aún no entienden como Christopher Nolan prefirió dedicarle una trilogía entera a un señor disfrazado de murciélago antes que a este palmípedo con problemas de dicción. © elkarma.eus |
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