julio 10, 2025

Campus Kanpo: Verano para desconectar

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He cambiado el telediario por la piscina. No puedo ignorar los bombardeos en Gaza, pero seguir la geopolítica mientras tu hijo se lanza al agua es como jugar al Risk con un flotador pinchado. Intento estar al tanto, pero entre el cloro, los alaridos y las toallas que pesan como un ministro, lo urgente me noquea.

El verano es para “desconectar”, dicen los que no tienen críos. Ser madre en esta época del año es como dirigir la ONU en chanclas, sin aire acondicionado y con un Zoom a las cuatro de la tarde. Teletrabajamos haciendo sombra con una mano y escribiendo mails con la otra. ¿Vacaciones? Las de los niños, querréis decir. O las del padre, que “se despista” en la siesta.

Los peques no descansan, solo reciclan dramas: los mocos del colegio mutan en otitis, insolaciones y herpes labiales dignos de TikTok. La piscina es un resort de gérmenes con un socorrista de Erasmus.

Y mientras el planeta está que arde, aquí estamos: chanclas fundidas al asfalto, rabia bajo el SPF 50 y un Excel abierto en el móvil. El grito en versión digital. Porque nos quieren ninjas invisibles, pero no cuentan con que llevamos un mechero bien escondido. ¡Y está que echa chispas!

Maite Ortiz de Mendívil © elkarma.eus

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