octubre 9, 2025

Gora Euskadi: Etnología didáctica

Es cierto. Cualquier lector asiduo de esta sección sabe que no soy capaz de disimular mi fervor incondicional por las lecciones que diariamente nos da el medio prensa. Culpable. Me puede el entusiasmo, lo reconozco. Porque, como ya he mencionado muchas veces, nunca suficientes, los periódicos no sólo nos informan con pulcra objetividad de lo que sucede en el mundo desde el único punto de vista que existe, el de la verdad incontestable, sino que ejercen de brújula moral que nos guía y nos dirige para que no caigamos en la zozobra del náufrago perdido en un océano de incertidumbre. Pero si bien hemos abundado en el papel formador y pedagógico de los diarios para con el lector acerca de las diatribas a las que se enfrenta el lector, tal vez hayamos descuidado la función de la prensa de descubrirle el mundo que se extiende más allá de su rutina diaria. Porque los periódicos se esfuerzan en resultar asequibles para el vulgo, el populacho, la plebe, o cualquier otro sustantivo que queramos utilizar para referirnos a esos ciudadanos de vida sencilla, buena gente, pero que, a lo mejor, carecen de sofisticación y cosmopolitismo. Por esa razón, los diarios deben abrirles los ojos y apartarles de la tentación de caer en el oscurantismo y el prejuicio al que les conduce su carácter llano y crédulo. Así, el periódico El Correo, de Vocento, tuvo a bien el pasado lunes 18 de agosto, en el contexto de la Aste Nagusia bilbaína, publicar en su página web elcorreo.com la información encabezada por el titular “Los chinos también disfrutan de las fiestas”. Etnología, folklorismo y divulgación, juntos de la mano para arrojar luz sobre este grupo de población tan misterioso e ignoto para el gran público..


La intención del diario está clara. Todo el mundo sabe que los originarios del país asiático no hacen otra cosa en la vida que trabajar. Es su naturaleza. Han nacido para ello. Es lo que les gusta. Pero Vocento parece dispuesto a mostrarnos esos casos en los que el encuentro entre culturas enriquece la mezcla. Siempre con la preponderancia de una, obviamente. La superior. La nuestra, claro. Que enseña a la otra el verdadero propósito de la existencia, que la otra aún no ha aprehendido en cinco mil años de historia. Porque cada uno llega hasta donde puede. A lo mejor un lector pejiguero, que los hay, puede señalar que el titular coquetea con la condescendencia. Que se podía haber utilizado el sujeto “La comunidad china” en lugar del campechano y foraneizante “Los chinos”. O que la noticia infantiliza a los migrantes. Pero eso lo diría gente que, en su suspicacia, desprecia la labor didáctica de El Correo. Gente que pretende enredar y confundir con perífrasis y matizaciones superfluas. Tal vez por culpa de esta gente en la edición en papel del texto se sustituye tan ilustrativo titular por el mucho más insulso “Una semana que traspasa fronteras”. Afortunadamente, y eso no lo explicita el texto pero El Correo confía en que sepamos leer entre líneas, las fiestas no son eternas y los bazares seguirán abriendo los domingos. Hasta tarde.

Héctor Sánchez © elkarma.eus

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