Juego de niños: Máquinas
![]() |
|
Dos calles más abajo de mi casa han abierto una tienda de música. Entre una degustación –donde, por cierto, el café está buenísmo- y una carnicería –donde suelo comprar el jamón de york- alguien se ha liado la manta a la cabeza y ha decidido ofrecer alimento para el espíritu. Lo cual me sorprende y alegra al mismo tiempo. Tiene su mérito vender partituras, metrónomos, flautas y guitarras en un barrio donde hay una frutería cada doscientos metros y una peluquería cada trescientos. Que esa es otra. Parece que en este pueblo nos pasamos la vida comiendo fruta y tiñéndonos el pelo. Elene Ortega Gallarzagoitia © humorenlared.com |
Pincha aquí para ir a otras columnas de Elene Ortega Gallarzagoitia
Pincha aquí para ir a las columnas de los colaboradores más buscados