enero 22, 2025

Butaca de Gallinero: Ma non troppo

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Un recurso narrativo que se utiliza de manera consistente y recurrente en una obra cinematográfica sería un “tropo”. Pero cuando ese tropo se utiliza repetidamente hasta que el espectador o bien bosteza o bien arranca la butaca del cine a patadas alienado por el abuso al que se somete a ese recurso narrativo, entonces se trataría de un “cliché”. El problema viene cuando el cliché pasa de ser una convención genérica a ser un subgénero en sí mismo. Y eso es exactamente lo que sucede con todas esas películas sobre personajes que intercambian sus cuerpos por un fenómeno fantacientífico o sobrenatural que tampoco se justifica demasiado. Hay docenas de ejemplos. Ponte en mi lugar, De tal palo, tal astilla, Cambio de Vidas, 17 otra vez… Vista una, vistas todas. Pero todavía los productores siguen dando vueltas a esa manivela como el niño que continúa metiendo los dedos en el enchufe a pesar de la descarga de la última vez.

Ha querido el destino (o el desatino) que en los últimos meses hayan coincidido dos de esos filmes, diferentes en tono pero similares en despropósito. Por un lado el thriller Lo que hay dentro sobre unos amigos que usan una máquina para intercambiarse personalidades de manera aleatoria hasta la debacle final. Por el otro, la comedia española ¿Quién es quién? acerca de los miembros de una familia que permutan sus mentes. Hay días que dan ganas de viajar en el tiempo y matar a los hermanos Lumière. Mira, otro cliché.

Roberto Aguirre © elkarma.eus

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