abril 4, 2021

Gora Euskadi: El fiel de la balanza

De todos los medios de comunicación, son los periódicos los que deben cargar con mayor celo el peso de la responsabilidad informativa. Su capacidad de aunar información y reflexión les otorga el compromiso de ejercer de fiel de la balanza en este mundo de cambios vertiginosos. Eso ya lo sabe el lector atento y fiel a esta humilde columna que tiene ante sus ojos, pero no está de más recordárselo para que ahuyente de su pensamiento tendencias levantiscas e impertinentes ante el buen hacer de los diarios. La prensa escrita conoce su papel de mediador que debe promocionar la evolución de las costumbres, necesaria, paulatina, sostenible, y al mismo tiempo evitar que, en su inconsciencia, la ciudadanía caiga en el bolchevismo y la anarquía, que aboque al mundo al libertinaje, con perros y gatos cohabitando entre nubes de gases lacrimógenos y contenedores ardiendo. Los contenidos de los periódicos deben ser equidistantes, templados, juiciosos, conscientes. Y así lo entiende la edición digital de El Correo cuando publica dos noticias seguidas, una debajo de la otra, el domingo 7 de marzo. El titular de la información inferior reza “Los comentarios machistas que se colaron en la retransmisión por Facebook de RTVE de los Goya”. Una reprimenda a esos agentes recalcitrantes, tal vez confusos, demasiado perezosos para transicionar hacia la igualdad como el siempre reflexivo grupo Vocento patrocina. Pero lo cortés no quita lo valiente. Y los cambios, en este caso contra la discriminación de género, deben darse poco a poco. Sin agobiar. Por eso, en la noticia superior, el titular es más amable y nos dice que “La alfombra de los Goya se rinde al negro, los brillos y el pelo suelto”. Ilustrado por las fotos de tres intérpretes cinematográficos, todas mujeres, con maquillaje intenso, pronunciados escotes y pose ensayada. De hecho la noticia enlaza con una galería de fotos en la que aparecen diez mujeres y un único hombre. Porque El Correo cree saber que su lector medio, llano y sencillo, puede no haber leído las reflexiones de Truffaut pero gusta de alegrarse la vista.
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enero 3, 2021

Gora Euskadi: El sueño revuelto

Existe un concepto en alemán, ya se sabe que los alemanes son muy de conceptos, llamado zeitgeist, que se traduce como “el espíritu de una época”. Viene a significar el clima intelectual, cultural y social de un periodo de tiempo. Suele abarcar momentos más o menos largos pero, adaptando al Don Sebastián de La verbena de la Paloma, hoy los tiempos se adelantan que es una barbaridad. Así que el zeitgeist que toca está recién salido de fábrica. Es el de la pandemia de coronavirus. El del estado de alarma, el toque de queda, la distancia social, el gel hidroalcohólico, el confinamiento perimetral, la mascarilla, los ERTEs, el test PCR y los capítulos del BOE que acaban en “continuará”. Dicho esto, cada uno vive su película como le toca. Y no hay dos películas iguales. No es lo mismo ser dueño de un bar que ejecutivo de Amazon. Es diferente ser enfermera que desarrolladora de plataformas informáticas de teletrabajo. Así que lo que puede ser un drama para unos se convierte en una oportunidad para otros. Y esto es intolerable porque deja el esprit du temps hecho unos zorros y no hay quien se aclare. Falta homogeneidad y normalización ISO. O penamos todos o el zeitgeist al río. Los medios de comunicación, objeto de devoción de los seguidores de esta sección, tienen como labor uniformizar el sentir en estos tiempos de covid. Especialmente la prensa, que ante las deudas financieras y el descenso de la publicidad, de dramas y crisis existenciales sabe un rato largo. No es tiempo de buen rollo, dicen. Toca penar, pregonan. Basta ya de optimismo, pontifican. Por eso el diario El Correo nos obsequia el viernes 4 de diciembre, a página completa, con el titular a cinco columnas “La desolación de un Bilbao de pesadilla”. Ni esperanza ni esperanzo.

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octubre 18, 2020

Gora Euskadi: Miedo sano

Nicolás Maquiavelo escribió en el El Príncipe que era deseable que la gente te amase y te temiese, pero que si había que elegir entre una sola de las dos opciones, siempre era preferible la segunda. Los medios de comunicación lo saben, y aplican la fórmula. Pero como son más listos que Maquiavelo (que le dedicó su tratado a Lorenzo de Medici para que le agregara al Instagram y sólo recibió a cambio dos tetrabriks de vino) prefieren que la gente tema, pero a terceros. O mejor, que tema sin más. Sin especificar. A cholón. La prensa, además, sabe que el miedo nos hace mejores personas. Gracias al miedo, el ciudadano deja de coquetear con el aventurerismo moroso y paga la letra de la hipoteca, no vayan a desahuciarle por un episodio de disidencia transitoria. El miedo es bueno, pero hay que cultivarlo. Por eso la cabecera de Vocento del viernes 25 de septiembre no se anda con medias tintas y titula la información de su página 7, a cinco columnas, “La dificultad para encontrar casos y hacer test masivos condenó a España”. Condenó. Y punto.

Porque el diario El Correo lleva muchos años en el negocio y sabe que los lectores tienden a distraerse. Con un par de noticias sobre asaltos de navajeros o sobre adolescentes obsesionados con el porno los tienes aterrados (por su bien) durante un rato. Pero no tardan mucho en recomponerse y empiezan a creer cosas como que de la pandemia salimos más fuertes, que el ser humano es maravilloso y que todo va a salir bien. Y eso sí que no. Tonterías las justas. Así que los responsables del periódico lanzan un órdago a la grande y hablan de condenación. Llámalo incompetencia, llámalo ineptitud logística, llámalo que la Luna entra en conjunción con la casa de Acuario. Da igual. Ya no hay remedio. Condena eterna. Azufre. (Más…)

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