La última película de Álex de la Iglesia no va de brujas. Va de relaciones de pareja, de problemas conyugales, como los del atracador Jose, que tiene que llevar a su hijo al rodo de un Compro Oro porque le tocaba la custodia ese día. O los del atracador Antonio, que no tiene vehículo de huida porque se lo ha llevado su mujer a hacer la compra. O los del taxista Manuel, que tiene que llevarse a los anteriores a la frontera francesa para poner los pies en polvorosa. Bueno, no nos engañemos. En realidad todo esto no es más que la pátina de costumbrismo social con que el director bilbaíno, un experto en crear atmósferas enrarecidas y angustiosamente cercanas. Sí, la película va de brujas. Y de escopetas de bombeo. Y de miles de anillos de oro (más que los que salían en la cabecera de la serie de Ana Diosdado). (Más…)