Tendencias: Estampados varios – Camiseta regurgitada
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No vuelva a preocuparse por volver de marcha con su camiseta impoluta. Olvídese de comportarse de manera prudente y comedida durante sus incursiones nocturnas por miedo a arruinar sus ropa y avergonzar a su cuadrilla. Disfrute de la noche y de sus excesos sin remordimientos estéticos. La camiseta regurgitada patentada creará la ilusión ante familiares, amigos, amantes y perfectos desconocidos de que lleva puesta una prenda sobre la que alguien (no necesariamente usted) ha vomitado, desde el primer momento. Llene sus noches con humor y escatología al tiempo que viste de acuerdo con los rigores de la moda, y despreocúpese. Deje que su estómago se comporte libremente, nadie va a notar la diferencia. No lavable.Precio: 61.599 euros © humorenlared.com |
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No vuelva a preocuparse por volver de marcha con su camiseta impoluta. Olvídese de comportarse de manera prudente y comedida durante sus incursiones nocturnas por miedo a arruinar sus ropa y avergonzar a su cuadrilla. Disfrute de la noche y de sus excesos sin remordimientos estéticos. La camiseta regurgitada patentada creará la ilusión ante familiares, amigos, amantes y perfectos desconocidos de que lleva puesta una prenda sobre la que alguien (no necesariamente usted) ha vomitado, desde el primer momento. Llene sus noches con humor y escatología al tiempo que viste de acuerdo con los rigores de la moda, y despreocúpese. Deje que su estómago se comporte libremente, nadie va a notar la diferencia. No lavable.


Desde el descubrimiento del fuego y la invención de la rueda, probablemente el mayor avance de la humanidad ha sido el perfeccionamiento de la técnica que permite deshuesar las aceitunas y rellenarlas de anchoa. Durante el periódo en el que los seres humanos eran cazadores – recolectores, las aceitunas debían comerse tal cual, arriesgándose el neanderthal o cromañón de turno a perder piezas de la dentadura (ya de por si maltrecha durante los duros tiempos prehistóricos) con cada ensalada mediterránea que preparaba. Con la llegada del la agricultura, la ganadería, el sedentarismo y los asentamientos humanos permanentes, la especialización de las tareas permitió disponer de más tiempo para la elaboración de los condimentos alimentarios. Así, los humanos comenzaron a domesticar ardillas albinas (e incluso cangrejos ermitaños, muy habilidosos) para cortar parte de la aceituna y rellenarla con anchoas y, mucho más tarde, con pimientos de piquillo. 
