Lo que hay que oír: Arctic Monkeys
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ARCTIC MONKEYSAM Domino Los que se apresuraron a proclamar a los cuatro vientos que Arctic Monkeys no eran más que un bluff, un grupo sobrevalorado por los medios (como también dicen de Franz Ferdinand), que más les valdría a los secuaces de Alex Turner rebautizarse como Artritic Monkeys, tienen que comerse sus con patatas bravas (de esas que entran mejor de lo que salen). AM es un compendio de canciones veloces con estribillos omnipresentes una vez que los has escuchado (I want it all) y otros cortes más atmosféricos. Un combinación de Ike Turner y Black Keys, con falsetes que funcionan a la perfección y un sonido stoner que deriva hacia el soul por la gracia de James Ford. ¿Que podía salir mal cuando Outkast está entre tus influencias más directas? © humorenlared.com |
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ARCTIC MONKEYS


Eran ricos, eran guapos (bueno, Lauda no tanto) y eran famosos. Al mismo tiempo, su profesión consistía en jugarse el tipo a 200 millas por hora, metidos en una especie de ataúd con ruedas relleno de combustible híper-inflamable. Alguna peguilla tenía que tener. Ese es el contexto en torno al cual gira la trama de la última 
