Al aplicar cola adhesiva sobre una superficie, los eslabones de los polímeros o bien los propios polímeros, al formar parte de un líquido viscoso, se entrelazan unos con otros en una gran orgía salvaje molecular, sin preguntarse el nombre ni pedirse los teléfonos.
Se introducen en los poros de los materiales con los que entran en contacto (hasta los años 90 el contacto se establecía ingresando en cadenas de amigos por carta o penfriends, pero más tarde el sistema se volvería más inmediato a través de Tinder o de WhatsApp) e incluso se unen en distintos puntos a esos materiales debido a enlaces de hidrógeno, fuerzas de Van Der Waals o enlaces químicos. (Más…)
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