Una de las grandes dificultades a las que se enfrentan hoy en día los mass media es la de conseguir el equilibrio entre todos los principios que defienden. Vivimos en una sociedad tan plural, tan compleja, tan multifacetada, con tantas causas con las que solidarizarse, que no es tarea baladí evitar incurrir en contradicciones. Cuánto más sencillo sería defender exclusivamente a un grupo con una agenda común que beneficiara al medio de comunicación en particular, bien por intereses crediticios, ideológicos o meramente políticos. Pero el sólo hecho de pensar en ello es absurdo porque de ese modo quedaría comprometida la independencia del propio medio y eso ya sabemos que no pasa. Esta persecución infatigable de la objetividad, cuando no del objetivismo, lleva en ocasiones a la prensa, el medio de la razón y el rigor por antonomasia, a hacer malabarismos con la información, no vaya a ser que el lector pueda acusarles de verter una versión sesgada de los acontecimientos. Veamos un ejemplo. (Más…)
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