enero 4, 2018

Butaca de Gallinero: Babilonia

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En 1965, seis años después de su publicación en Francia, el escritor y cineasta Kenneth Anger editaba en EE.UU. su celebérrima obra American Babylon. Diez días después de su lanzamiento, el libro sería prohibido y no volvería a publicarse hasta 1975. En su obra contaba los episodios más oscuros e infamantes de Hollywood, desde los orígenes de la Meca del cine hasta los años 50. La profusión de escándalos sexuales levantó ampollas. Episodios como la violación (y muerte) de Virgina Rappe por la estrella del cine mudo Fatty Arbuckle, posteriormente relegado al ostracismo, formarían parte de la memoria colectiva, que imaginaba aquellos años, condescendientemente, como mucho más locos y salvajes que los de ahora, grises, anodinos y controlados por las grandes corporaciones.
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enero 2, 2018

Hadouken! Hadouken!: Encajados

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El tema del año en los videojuegos son las cajas de saqueo. Es cierto que los micropagos eran una tendencia al alza desde hace una década, pero con casos como Destiny 2, Forza 7, NBA 2K18 y Battlefront 2 han alcanzado unos límites insospechados. Tanto es así, que EA se vio obligada a recular dos veces, a bajar el precio de sus personajes de Star Wars (que se adquieren con moneda del propio juego a base de invertir unas 40 horas) y a detener temporalmente las tran-sacciones con dinero real debido a las enormes quejas de la comunidad, lo que llevó incluso al presidente de Disney a salir de su yate de oro y dejar la coca a un lado para hacer control de daños. (Más…)

diciembre 31, 2017

Oreja a la Plancha: Cibernáusea

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Ahora que en las redes sociales todo el mundo puede ir al Papa de Roma y decirle a la cara que sus subalternos violan niños, o a Trump que apesta o a Slayer que están acabados, lo que hace la gente es justo eso. De todas las potencialidades a nuestro alcance, escogemos las peores y nos quedamos tan anchos. Antes los que podían organizaban guerras y genocidios, y estaba en nuestra mano pensar que eran unos hijos de perra, o incluso decirlo en voz alta delante de unos botellines. Los gobernantes nos puteaban porque podían, la policía nos daba un bofetón y nos quitaba un porro porque podía, el fuerte sometía al débil porque podía… todo esto sigue ocurriendo, claro. Pero ahora además alguien a quien no le ha gustado el contenido de tu último trabajo creativo te desea la muerte o la ruina, porque puede. O uno que no piensa como tú habla abiertamente de gasear o quemar a los que discrepen de lo suyo, porque puede. Y cuanto más imbécil, más posibilidades de que «se viralice».
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