Una película de Berlanga, o de Chummy Chumez, o de Buñuel, o de Fernandel, no encontrarían mejor guión que lo que hemos vivido estas semanas recordatorias de aquel golpe de estado del 23-F cuando nos hemos enterado que el hijo de aquel teniente coronel de grandes mostachos, organizó una paellada en su cuartel de Valdemoro para recordar la hazaña de su padre cuando entró en el congreso, pistola en ristre, y gritó aquello de «¡Quieto todo el mundo!» y «Todo el mundo al suelo!”. Seguramente en la paellada no gritarían estas cosas ni el padre, ni el hijo, y la paella la harían sin el tricornio puesto. (Más…) |