diciembre 2, 2013

Oreja a la Plancha: Ruido rosa

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En una escena teatral que vi hace poco, sonaba un breve y muy suave fragmento de música clásica y acto seguido otro del más crudo death metal. Se buscaba así un contraste cómico, y vaya si funcionaba. Hay que ver lo diferente que llega a ser lo uno de lo otro, y no es solo evolución de siglos: en los últimos treinta años el nivel de burricie musical ha subido de forma exponencial hasta niveles insospechados, ayudado además por los medios actuales de grabación y reproducción, que no dejan títere con cabeza. La música más bestia cada vez se parece más al ruido rosa. No porque sea buena o mala, agresiva o lo que quiera ser, simplemente porque cada vez llena más el espacio sonoro; está ya muy cerca de ocuparlo por completo y ser lo que dicho ruido: una emisión de todas la posibilidades a la vez, un soplido horroroso. Mooola, que diría Bart. (Más…)

noviembre 29, 2013

Península Histérica: Carne de cañón

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Tal día como en el que escribo, 23 de octubre, el Banco de España da por acabada la recesión porque la economía creció un 0,1% entre junio y septiembre. Si no fuera algo tan serio darían ganas de reírse.
Mientras las empresas expelen personal supuestamente sobrante como si fuera hollín, el Sr. Botín anuncia que vivimos un momento fascinante porque el dinero fresco inunda el país. Será que inunda las sucursales de su banco y de allí va directo a engordar sus juegos bursátiles. Para darle la razón se anuncia que nada menos que Bill Gates ha decidido arriesgar sus dólares en la construcción española. (Más…)

noviembre 26, 2013

Puños Fuera: Procesionaria

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La noria del turbocapitalismo sigue girando obscena, pese a los avisos de derrumbe de su parque temático. En su siempre renovada oferta, compiten ahora carreras de patitos de goma o de  footineros (caminantes que no hacen camino sino que completan recorridos), dotados ambos de su chip localizador, para un científico cómputo de posiciones. El fascismo postmoderno orea a sus masas en su movilización constante, sustituyendo el toque de corneta por un pegadizo jingle, pero siempre fundiendo distracción y adscripción en estricto estilo clásico. (Más…)
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