Sexo y Salud: Cuéntaselo todo a la Doctora Celia – Comida
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|  Mi marido y yo siempre nos hemos considerado una pareja progresista y curiosa porque nos gustaba jugar con comida durante el sexo, como en la película 9 semanas y media. Con la subida de la inflación dejamos de comprar comida con fines eróticos y desde ese momento hemos dejado de tener sexo. ¿Va a resultar que lo que realmente nos gustaba era comer y no follar? Inés Cabeche Probablemente, pero tampoco es algo de lo que avergonzarse. Me vas a comparar un besugo al horno o unas costillas de cerdo al ajillo con cuatro empujones mal dados contra el colchón. Podía ser peor. Podríais estar enganchados a masticar condones de sabores. O ser veganos. Ni tan mal. (Más…) | |


 La industria del cine se encuentra perdida cual proverbial pulpo en el no menos proverbial garaje y apuesta sin arriesgar. Lo que es un riesgo en sí mismo. Convencida de que rentabilidades pasadas sí asegurarán rentabilidades futuras, se suma al carro de Bohemian Rhapsody y Rocketman para rebañar taquilla con biopics. Pero sin la audacia de Un hombre para la eternidad (¿Tomás Moro? ¿En serio?) ni el gusto por la originalidad dramática, ya dentro del género musical, de El ocaso de una estrella (ver sufrir a Billie Holiday es catártico). Así que se lanza a producir la enésima película sobre la peripecia vital de Elvis, porque, se conoce, del señor de Tupelo que pasó de ser un figurín con caderas multitarea a una nutria vestida con buzo blanco de flecos no se había dicho la última palabra.
La industria del cine se encuentra perdida cual proverbial pulpo en el no menos proverbial garaje y apuesta sin arriesgar. Lo que es un riesgo en sí mismo. Convencida de que rentabilidades pasadas sí asegurarán rentabilidades futuras, se suma al carro de Bohemian Rhapsody y Rocketman para rebañar taquilla con biopics. Pero sin la audacia de Un hombre para la eternidad (¿Tomás Moro? ¿En serio?) ni el gusto por la originalidad dramática, ya dentro del género musical, de El ocaso de una estrella (ver sufrir a Billie Holiday es catártico). Así que se lanza a producir la enésima película sobre la peripecia vital de Elvis, porque, se conoce, del señor de Tupelo que pasó de ser un figurín con caderas multitarea a una nutria vestida con buzo blanco de flecos no se había dicho la última palabra.

 Como sólo puede entrar en tu casa a alimentarse si le invitas a pasar, envía comerciales para que te traduzcan la factura por tu bien y el del planeta.
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