El flamante presidente de Argentina, Javier Milei, está contrariado por la baja, por no decir nula, reventa de invitaciones para su toma de posesión. “Para un anarco capitalista como papi, que prometió privatizar hasta el último macetero de la casa rosada, ha sido triste ver que ni Santiago Abascal ha puesto su invitación a la venta en Wallapop”, ha explicado su perro Conan en TeleFirulais. Tras la tibia acogida entre los representantes sindicales de Aerolíneas Argentinas a la oferta de traspasar la propiedad de la empresa a los trabajadores, Milei sospecha que no le han entendido bien aunque le hayan votado 14,5 millones de ciudadanos.

Pelo o plata

“Una cosa es que no te entienda el populacho educado en el estatismo y adoctrinado por los “zurdos” durante décadas de “guerra cultural” y otra que no capte tu onda “gente de bien”, señala la politóloga Martina Videñas. Tampoco el expresidente brasileño Jair Bolsonaro ha querido revender su invitación. Según Tomás Calzone, subjefe del gabinete del presidente, “el peluca” Milei quería estrenarse enviando un mensaje sobre la privatización y el mercado y contaba con los invitados a su toma de posesión para dar ejemplo. No ha sido así y la situación amenaza con crear crisis diplomáticas. “El gil de Felpudo VI dice que tal y como tiene el panorama en España necesita el justificante para que le abonen su desplazamiento, que su viejo ya la cagó bastante. ¡Boludeces!”, protesta Calzone.

Martina Videñas, que ultima su tesis El Pelo del Populismo: estilismo capilar en Pablo Iglesias, Donald Trump y Javier Milei, cree que la Ley Ómnibus que presentará el nuevo gobierno argentino ante el Congreso en breve contribuirá, motosierra mediante, a aclarar las cosas.

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