El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha hecho públicos los resultados de su última encuesta doble de Hábitos de Consumo y Consumo de Hábitos, revelando un espectacular aumento en el número de personas que han comenzado a fumar durante los meses de noviembre y diciembre. Los datos muestran un incremento del 93% en ciudadanos que están empezando a fumar para poder dejarlo el día 1 de enero de forma que sus propósitos de año nuevo sean asequibles, ya que “no se ven capaces de afrontar otro tipo de retos y están hartos de engañarse a sí mismos”.

Presión social

Cada vez menos personas deciden iniciar 2024 apuntándose al gimnasio, haciendo dieta o tratando de portarse mejor con las personas que les rodean al considerar estos buenos deseos “metas inalcanzables muy poco realistas”. El incremento de nuevos fumadores obedecería a una “falta de fe en las propias capacidades del individuo para enfrentarse a sus propias debilidades” y una autoimposición de objetivos a corto plazo de fácil cumplimiento. “Fumar da bastante asco al principio, y si apenas llevas fumando un mes no resulta demasiado complicado abandonar el hábito. Ir todos los días al gimnasio, en cambio, para que un monitor sádico nos diga que somos unos sacos de mierda y que o aumentamos el tono muscular y reducimos grasa abdominal o nuestro círculo próximo será testigo de nuestra ruina como personas, se antoja demasiado quimérico”, explica Maika Retero, psicóloga clínica especializada en trastornos de indolencia.

Los resultados del CIS vaticinan que un 57% de las personas encuestadas que han empezado a fumar acabarán desarrollando enfisema porque “también en este caso habrán pecado de optimistas”.

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