Equipos de voluntarios recorrerán las calles de pueblos y ciudades hasta el final de las fiestas para tratar de enseñar a indigentes que “la Navidad no va de gastar dinero” y evitar así que caigan en el consumismo desaforado. Así lo ha dado a conocer en redes sociales este grupo de personas, harto de que el materialismo haya sustituido a los buenos sentimientos en esta entrañable época del año. Los voluntarios sostienen que, así como las clases medias están ajustando el gasto y se refugian en “las pequeñas cosas”, como estar con la familia o ser mejores personas, los pobres continúan pidiendo dinero en las aceras pervirtiendo el significado de estas fechas tan señaladas.

Tiempo de ilusión

Personas concienciadas contra “una visión frívola de la Navidad” acudirán a aquellos lugares en los que haya gente pidiendo dinero para ofrecerles cambiar su plato de limosna por un abrazo y un villancico. “Sabemos que va a resultar difícil al principio convencer a los mendigos de que nos den sus monedas a cambio de amor. Es complicado desprenderse de las viejas costumbres. El consumismo está muy arraigado en todos, pero estamos convencidos de que una muestra de cariño desinteresado ablandará sus corazones y terminarán por darnos ese sucio dinero que les ennegrece el alma”, explica Francisco Jonazos, quien confiesa que tampoco para ellos va a ser fácil abrazar a un indigente.

El dinero que recojan de los menesterosos se destinará a una fraternal cena en un restaurante con estrella Michelin para todos los grupos de voluntarios. “Habíamos pensado invitar a los indigentes, pero eso enviaría un mensaje equivoco, no vayan ahora a pensar que la Navidad va de comer y beber”, concluye Jonazos.

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