Tras el balance económico del ejercicio 2023 “como los gigantes del streaming que no hacen más que palmar pasta”, Olentzero, carbonero vasco encargado de traer regalos, o carbón, a niños y niñas con Mari Domingi y el asno Astotxo, ha anunciado que “esta ha sido la última Navidad de su negocio tradicional”. Comprometido, dice, con el desarrollo de un planeta sostenible manteniendo a la vez una cuenta de resultados “golosona”, ha aclarado que invertirá los beneficios de estos años en la minería de litio. Mari Domingi, que ha adquirido cada vez más peso en la empresa “comparte al 100% IVA incluido” la visión de su socio.

Hasta los carbones

Considerado más ecofriendly que el carbón, el litio, explica el analista Miguel Boyante, es imprescindible para la creación de baterías eléctricas aplicadas a múltiples vehículos, incluidos los patinetes bomba. “También para cocinar fármacos que palian algunas enfermedades mentales”, señala Olentzero. “Tal y como está el personal es un negocio redondo”, corrobora Mari Domingi que ya le ha echado el ojo a algunos terrenos en la Argentina, Australia, Chile y el barrio de Egia en Donostia – San Sebastián. “A ver el rollo de los permisos y lo del impacto ambiental, pero si consigo que los Reyes Magos y Santa se asocien en plan cártel nos vamos a forrar. Más, quiero decir”, comenta Olentzero saboreando una pipa de “mirra de la buena”.

En cuanto a Astotxo no queda claro si se jubilará o se reciclará mediante un curso de pilotaje de drones. “No me veo a mis años repartiendo mierdas para Amazon. Estoy hasta los carbones”, rebuzna cansado de trabajar “como un burro” toda la vida.

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