La agrupación Parafílicos Cristianos, que congrega a fieles católicos aficionados a prácticas sexuales de riesgo como la asfixia erótica y la asfixia autoerótica, siempre dentro del matrimonio, ha confirmado que, tal como se había comentado en redes sociales, hay integrantes del colectivo que están cuestionando su fe y amenazan con abandonar el grupo. Se trataría de miembros que ponen en entredicho el grado de implicación de Dios en sus actividades extracatecumenales ya que “aprieta pero no ahoga”, por lo que les resulta desalentador seguir manteniendo sus creencias si estas no son refrendadas por una deidad, supuestamente omnipotente, incapaz de llegar hasta el final en lo concerniente al sexo con sofocamiento.

Palabras de desaliento

Entre las quejas del grupo disidente está la falta de peso de Parafílicos Cristianos dentro del colectivo de asociaciones ultrareligiosas, muy por debajo en popularidad y número de miembros de otros círculos, como Abogados Cristianos, que también se dedican a hacer la vida irrespirable. Achacan su desafección a la falta de visibilidad de sus prácticas sexuales en el seno de la Iglesia Católica, “no como en la Anglicana, donde masturbarse con una bolsa de Carrefour en la cabeza o realizar el coito con un cinturón de cuero alrededor del cuello está totalmente normalizado y es común entre militantes del Partido Conservador británico”, apunta Quique Meahogo, portavoz de la facción discrepante.

La Conferencia Episcopal no se ha pronunciado al respecto, aunque su presidente, el cardenal Juan José Omella, ha pedido que las prácticas sexuales maritales de riesgo se lleven a cabo una vez que ya se ha asegurado la descendencia porque “lo del orgasmo con asfixia se sabe cómo empieza pero nunca cómo acaba”.

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